por el P.N. del Cabo de Gata. Cap. 2
Nada, que no escarmiento... me ansío cuando preparo los viajes queriendo ver todo, y luego pasa lo que pasa. Pero no adelanto acontecimientos. Mejor os voy contando paso a paso
Tengo planeado un mar y montaña. Para ser correctos, un montaña y mar. La mañana la quiero emplear en hacer un "pequeño" circuito por la Sierra de los Filabres y por la tarde, visitar lo que pueda del Cabo de Gata.
Tengo planeado un mar y montaña. Para ser correctos, un montaña y mar. La mañana la quiero emplear en hacer un "pequeño" circuito por la Sierra de los Filabres y por la tarde, visitar lo que pueda del Cabo de Gata.
Comienzo tardísimo. Son las 10:30 cuando arranco la moto. He dormido regular por culpa de la tormenta que ha estado toda la noche arreciando. Al menos ahora, parece que está algo más calmado y luce el sol. Aún así no es excusa para salir tan tarde. Me he tomado el desayuno con demasiada tranquilidad, pero ¡que leches! estoy de vacaciones.
Este pico, a la salida del hotel, ayer no estaba nevado. Ya comienzo a atisbar el resultado del escándalo de la noche.
Debería dirigirme a Ohanes, pero en su lugar voy a hacer de nuevo el tramo que bajé ayer del puerto de Santillana por la AL-3404. El kilómetro 0 está en la intersección con la A-348 que llevo, pasado Canjáyar.
Me dejó tan buen sabor de boca la bajada, pese al viento, que en subida y sin el peso de las maletas debe ser fascinante. Muy grande debe ser el puerto de Velefique para superar el gran comienzo de ruta que me está proporcionando esta subida al Santillana. Divertidísimo. El listón lo sitúa a una altura considerable. Para muestra un botón.
Me vuelvo a detener en el mirador con el que abría la entrada anterior, en la parte final del ratonero Santillana. Cuando ayer pasé por primera vez, no me atreví a bajarme de la moto por si me la tiraba el vendaval que soplaba. En esta ocasión, la luz no es la misma.
Esta para el concurso del tiempo jajaja. Según dicen, esa forma de discos la produce el viento. Y es cierto que soplaba.
Un poquito de autovía hasta Gérgal, y de nuevo a las carreteritas estrechas. Llego a un punto en el que, ante tal acumulado de curvas, no sé si quiero más o estoy al borde de la saturación y el colapso. Los puntos del rutómetro no llegan. ¿que media llevaré, 30Km/h? Creo que quiero más, pero porque debo ser masoca.
Es cierto que hay un tramo algo bacheado, la zona entre Olula de Castro y Castro de Filabres es estrechísima, pero si no fuera así, la zona perdería todo su encanto. En unos cuartos de hora comienzo el ascenso al Velefique.
La primera mitad no tiene mucho más atractivo que cualquier otro puerto de montaña, sin embargo, la mitad restante, una vez pasada la zona del pinar, se caracteriza por una sucesión de curvas de 180º, cual gran col alpino, hasta la cima. Quizá aquí se encuentre la causa de gran parte de su encanto y fama.
Aunque este tipo de curvas no sean mis favoritas -las de 180º tan, tan cerradas-, el puerto es una pasada, y sobre todo el entorno, espectacular. Aunque esto no es nada nuevo.
Igual esto sí. Comienzo a considerar o que la gente suaviza las crónicas para dar envida, fingir que todo ha sido estupendo, o yo soy un pupas y me está pasando aquí de todo. Pero aquí hace un viento del carajo con el que no dan ganas de subirse la visera. Esto no recuerdo haber leído que le haya pasado a nadie. Un selfi
En este punto, ademas del meteorológico, se me viene el tiempo horario encima. Si continúo con lo que traigo planeado, no me va a dar tiempo para ver nada de lo de la tarde. En esta ocasión, el Cabo de Gata gana en la báscula a Calar Alto nevado. Prefiero cambiar de registro y ver el mar a continuar curveando con este viento. Así que en lugar de continuar hacia Bacarés, doy media vuelta y desciendo Velefique por donde subí. Me voy a la playa.
Cuando pensaba en un cambio de registro, apenas podía imaginar que fuera a ser así de radical. He pasado de tener un carámbano de hielo en la mano, a estar a pie de una soleada playa en unos minutos.
Este torreón de San Miguel, a la salida de la población homónima, construido en 1756 por orden de Fernando VI para tareas defensivas de las salinas, albergó desde los años 40 y hasta la década de los 80 un puesto de la Guardia Civil. Hoy, abandonado, necesita un acondicionamiento urgente para su visita.
La recta de las salinas tiene un significado especial para mí. Prácticamente, una fotografía de este lugar, que hizo las veces de fondo de pantalla durante mucho tiempo, fue la inspiradora del viaje a este destino. Incluso podría decir que añadió su granito de arena en mi afición a esto del mototurismo.
La iglesia ahora está reformada y la carretera recién asfaltada. Pero estoy aquí para reeditar dicha fotografía, con mi propia moto y sobre todo, poder poner un tachón en la lista de sueños cumplidos. Lástima no encontrarla para comparar.
Ahora utilizaré la mía propia.
Continúo hacia el cabo propiamente dicho. También voy a clavar el pendón en otro punto curioso. Aquí termina el sur oriental de la península. Lugar utilizado ya por navegantes griegos y fenicios como punto de referencia.
El faro que hay hoy en día, construido en 1863, se edificó sobre las ruinas del castillo de San Francisco de Paula, que formaba parte de la batería de defensa marítima existente en la costa almeriense y que fue destruido durante la Guerra de la Independencia.
En realidad, lo aquí visitable mas que el faro, que tiene el acceso restringido, es el mirador de las sirenas.
Este mirador permite observar el arrecife del mismo nombre. Está situado en el punto geográfico exacto del cabo de Gata. Seguramente el lugar debe su nombre a la presencia de focas monje que habitaban este arrecife y que los antiguos navegantes podían confundir con sirenas, actualmente ya no hay presencia de estos mamíferos en estas latitudes.
Voy ya pensando en buscar un sitio para comer. He decidido que para ahorrar costes, traigo mi propio menú. Durante el trayecto venía pensando en comer a pie de playa, pero con el viento que sopla, lo descarto para no tener que ronchar arena.
Debo desandar un trecho, para coger la carretera que sube rumbo norte el P.N. del Cabo de Gata-Níjar. AL-3201, o la carretera de los prisas -por decirlo delicadamente-. La llamo así, por la cantidad de especímenes de esta especie de primate que no se como aún conservan puntos en el carnet de conducir.
Rodando por el interior del parque, encuentro un sitio perfecto al resguardo del viento en la Isleta. En el mirador de los Frailes. Las vistas no son del todo malas, ¿verdad?
La Isleta del Moro toma su nombre de la pequeña isla que forma el peñón más separado de la costa.
Este pequeño pueblo encarna a la perfección el pueblo de pescadores típico de la zona, las barquitas cerca de la playa, las casas blancas y modestas de los pescadores, y en la actualidad restaurantes a pie de costa. Eso sí, el lugar es encantador.
Continúo hacia Rodalquinar, y mas o menos a la mitad del camino, en la AL-4200 se encuentra el mirador de La Amatista, construido sobre un antiguo puesto de vigilancia de la Guardia Civil.
Desde esta atalaya se pueden contemplar los acantilados, el resultado de como el mar ha conseguido mantener a raya el intento de la sierra de Cabo de Gata de adentrarse en sus dominios y, en la lejanía como destaca el Pico de los Frailes con sus 500 metros de altura.
Prosigo dirección norte, hasta el pueblecito alemán de Las Negras. Lo llamo así porque aunque hace años estaba habitado casi exclusivamente por pescadores, la mitad de sus, poco más, de trescientos habitantes censados son extranjeros, mayoritariamente de esta nacionalidad.
Dudo si detenerme en la calle principal, que conduce a la playa y está repleta de pubs, chillouts, etc. a tomarme algo tranquilamente en una terraza. Erróneamente decido continuar hasta Carboneras. En unos minutos me arrepentiré de la decisión tomada. Aunque parezca mentira, apenas he encontrado nada abierto. Ni una mísera tienda de souvenirs para comprar un imán para la nevera. Y, ¿no dicen que donde fueres haz lo que vieres? Pues si las terrazas estaban llenas es porque se tendría que estar de lujo.
La excusa fue que no me daba tiempo si quería llegar con luz al hotel. Aún tenía más de 100 Km de regreso, de los cuales, mas de la mitad por una carretera bastante retorcida. Bobadas. Aún me arrepiento, dos semanas después. Por suerte, no es nada irreparable.
La excusa fue que no me daba tiempo si quería llegar con luz al hotel. Aún tenía más de 100 Km de regreso, de los cuales, mas de la mitad por una carretera bastante retorcida. Bobadas. Aún me arrepiento, dos semanas después. Por suerte, no es nada irreparable.
Comenzaba la crónica sollozando porque no escarmiento en la forma de preparar las rutas. No es que lo haya hecho muy mal, pero la hora que es, me hace despedirme de ir a buscar el Algarrobico, por ejemplo. Incluso me hubiera gustado avanzar un poco más hacia el norte, Mojácar, etc. y deshacer camino bordeando la costa, pero en ese caso necesitaría haber hecho otras cosas. En general no me arrepiento, y ya tengo una excusa más para volver.
Parece que me estoy despidiendo con este resumen, pero no son más que las tribulaciones que tenía en este precioso lugar mientras disfrutaba de un café y zumo que llevaba en el baúl en el mirador de la playa de los Muertos, cerca de Carboneras.
Probablemente una de las playas mas bonitas y emblemáticas de España. Este nombre le viene debido a que las corrientes dominantes, hacían que las mareas arrastraran hasta aquí los cuerpos de los marineros que perecían en los naufragios de la zona.
Y ahora si, con esta vista de Carboneras, doy por concluida la crónica del día de hoy.
Y ahora si, con esta vista de Carboneras, doy por concluida la crónica del día de hoy.
Os emplazo a la próxima semana aproximadamente, si queréis saber como acaba este viaje. Y por supuesto, que al menos esta os haya gustado´.
V's
V's
Una ruta preciosa, con el auténtico genuino ambiente marinero que puede recordar a cualesquiera otros pueblecitos de pescadores mediterráneos, como pudiera ser otro lugar de España, Grecia...Muy bonitas fotos. Esperamos con impaciencia el resto de tu crónica. Ráfagas!!!
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado. Efectivamente como bien dices, la costa mediterránea da ese juego. Podrías estar en cualquiera de sus países con la misma fisonomía local.
EliminarGracias por comentar. Un saludo,
Pues menos mal que alguien escribe lo que le pasa y no cuentos idílicos de viajes ficticios... muchas veces cuento mis experiencias cuando viajo en coche (lo de la moto aún está pendiente) y la gente hasta se enfada.. y es que no está bien visto ser sincero ;) Enhorabuena¡¡
ResponderEliminarPreciosas fotos por cierto ;)
Abrazotes.
Yo es que soy muy confiado y me creo todo lo que leo :) ¿cuentas los viajes en coche?¿que coche tienes?¿no sera uno rojo?
EliminarUn saludo!
Que recuerdos me traes a la memoria de mis visitas a la zona,
ResponderEliminarcasi me parece viajar contigo a la grupa de tu montura.
Un saludo..
Eso significa que he conseguido mi objetivo de transmitir el viaje.
EliminarMe alegro que te produzca esa sensación.
Un saludo!
Lo de "sarna con gusto" hay que aplicarlo está claro. Y planes los justos que luego vienen los comecome de lo que no has podido visitar, 40% programado y 60% improvisado a mi parecer. Por otra parte gracias por bajarme hasta allí ;-).
ResponderEliminarSaludos
Pues sí, sabio consejo. Creo que me lo voy a aplicar, yo voy más al contrario 60/40 o incluso menos...
EliminarGracias a ti por leerme.
Un saludo!
Te felicito por tu crónica,pero sobretodo por las fotos que me han traído muy buenos recuerdos la ruta es preciosa
ResponderEliminarUN SALUDO.
Me alegro de que te produzca esa sensación. De eso es trata esto, no?, conocer sitios nuevos y recordar gratos recuerdos de quién ya los conoce.
EliminarGracias por comentar. Un saludo!
Bonita y arida zona. Cuantas veces (no se lo digais a nadie, pues esta prohibido) he pescado cerquita de ese faro. Aunque mas que pescar lo que me pasaba es el dia dentro del agua.
ResponderEliminaryo no pienso decir nada...
EliminarGracias por pasarte. Un saludo!